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jueves, 16 de agosto de 2012

RELATO DE MI ESPOSA JOSEFINA FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ

 
UN CAMBIO DE CIENTO OCHENTA GRADOS

No te sorprendió cuando os informaron en una reunión de trabajo sobre la existencia de una lista de al menos cuarenta y tres trabajadores, de diferentes especialidades y categorías, que dejaríais de formar parte de la empresa. Varios ERES. Era el principio de que las cosas no iban bien. En los últimos cinco meses el aliento estaba abatido, se te hizo cuesta arriba presentarte cada día en tu lugar de trabajo, no sabías si te remunerarían el sueldo entero o parcialmente y esperaste, como si de migajas se tratase, que al menos te pagaran algo cada mes.

Respiraste hondo y mentalmente la calculadora se puso en marcha cuando supiste que percibirías la mitad del salario. Con una sonrisa triste dejaste caer los hombros que sin darte cuenta los tenías erguidos a consecuencia de una tensión involuntaria y pensaste... “¡Dios!. Mi ánimo está condicionado por el desconsuelo”. ¡Durante cinco meses la misma sensación, la mi...
sma angustia!. Cada vez que hubo una asamblea, sacaste las uñas como si fueras una leona luchando por el bocado de tus crías. Intentabas que comprendieran no sólo tu situación, también la de tus compañeros y como tú, algunos/as también alzaron la voz. Aunque de poco sirvió
No te extrañó que tu nombre, estuviese en aquella lista, destinada a que todos los que perteneciesen a ella, pasasen a formar parte de la empresa más grande de nuestro país, la INEM.

El reloj lo dejaste encima la mesita desde que te informaron que estabas libre de las ataduras de las horas. Disfrutas del amanecer los días que el sueño se encuentra satisfecho antes de que salga el sol. Unos días te diriges caminando hacia la playa - uno de tus rincones favoritos – y contemplas el inmenso mar, dejandote acariciar tus piernas por sus espumosas olas. Otras veces, sales a pasear de la mano de Isidro, tu marido, y os paráis a contemplar pequeñas cosas que tú con las prisas no te percatabas que estaban ahí. Después de comer, disfrutáis de las charlas en una sobremesa sin fin, habláis de anécdotas, recuerdos y hacéis referencia que quizá son más suerte que desgracia los acontecimientos recientes. Al menos en estos momentos donde las circunstancias dieron la vuelta de ciento ochenta grados. Isidro te hace ver la parte positiva del momento. A pesar de todo, te encuentras muy relajada, como hace mucho tiempo no te sentías.

El optimismo es tu determinación y disfrutas de la compañía de la persona que está a tu lado y te recuerda que... de situaciones peores salisteis. “No vive mejor el que más tiene, sino, el que menos necesita”, te dice subrayando la frase “y... nosotros necesitamos muy poco”, te sigue diciendo a la vez que te mira fijamente.

NOTA ACLARATORIA


NOTA ACLARATORIA

El día 22 de abril del presente, he mantenido a través de Facebook un cambio de opiniones con un ex –amigo, a consecuencia de ello, el susodicho me bloqueó de dicha red social, cosa que por supuesto, “tres narices me importó”, pero…, a mis oídos ha llegado un comentario realizado por éste como posible justificación para realizar el bloqueo en cuestión, el cual y al parecer, tomó esa decisión porque yo me había metido por el medio a su hijo,
Pues bien, quiero dejar claro, que yo en ningún momento he mencionado a niño alguno ni lo haré, pues éstos, no tienen culpa alguna de los errores cometidos por los mayores, por lo que no puedo permitir que nadie manipule mis palabras y mucho menos con niños por el medio, que insisto, no tienen culpa alguna, yo, lo que si hice critica y la mantengo, es al comentario realizado por este ex –amigo en relación a una subvención empresarial en camisetas, que no tiene absolutamente nada que ver con ningún niño, (DIOS ME LIBRE).
Si un padre, pone una foto de su hijo públicamente con cierta propaganda empresarial y un comentario irresponsable, se supone debería esperar por comentarios al respecto, pero…, POR EL COMENTARIO, NO POR LA CAMISETA NI LA PROPAGANDA Y MUCHO MENOS POR EL NIÑO.